Entradas
Si algo sorprendió en el Ecuador Fashion Week fueron los trajes de Teresa Valencia, la joven promesa del diseño ecuatoriano que lanza una moda desenfadada
Ella es como su moda, descomplicada, solo se maquilló cuando vio enfrente al fotógrafo de Vistazo, pero en ningún momento quiso abandonar sus sandalias, su collar africano y su simple blusa blanca. “Cualquier look se mejora con accesorios, ellos te visten” dice convencida Teresa Valencia, la diseñadora que más ha dado que hablar con su moda en la edición 2006 del Ecuador Fashion Week, realizada en agosto pasado.Teresa Valencia Rendón guayaquileña, 27 años de edad reconoce que los ecuatorianos estamos adquiriendo un poco más de cultura de moda y que poco a poco vamos respondiendo.“Si bien es cierto que mi ropa era comercial, también era una propuesta diferente. Todo seguía un concepto, en cuanto a colores y textura, pero sobre todo un mensaje. Me siento feliz pero todavía no he llegado donde quiero. Son peldaños de la escalera que voy subiendo. Tampoco es que vi repleto el evento. Creo que todavía no se ha masificado y el público debería ir gratis a estos shows, porque la moda se está democratizando y es un reflejo de la pluralidad que existe en la sociedad”.Valencia habla pausado, expresa su emoción pero de forma mesurada. Dice que las personas nos vestimos como somos. “En Ecuador la moda está de moda. Cada vez hay más educación estética y yo me comunico con la gente a través de mi ropa. Una se tiene que vestir cómodamente y para una misma. Tampoco creoque si eres gorda te tienes que fajar, porque una proyecta lo que siente. Si una está cómoda y se siente bien te ves bien, pero a veces tratamos de proyectar lo que no somos”.Al preguntarle sobre sus colegas dice. “No vi ninguna pasarela, siempre estuve detrás ayudando a mis amigos y ayudando a vestir a las modelos. A mí me gustó el argentino Alejandro Parra, con su propuesta juvenil. Vi lo de Luis Tippán, pero creo que somos de épocas diferentes”. Tippán sí comentó la de Teresa: “Ella viaja mucho, eso le da una dimensión diferente al diseñador. Su estilo tiene fuerza y coherencia.Personalmente me encantaron sus vestidos flotantes. Ella estudia la tendencia”. Al preguntarle a Teresa si hay público para vestir de diseñador aquí en Ecuador, dice: “Al principio puedes, pero ya luego el círculo es muy pequeño. Los diseñadores deberíamos empezar a abrir mercados en otros países, porque nuestra creatividad no le pide favor a nadie. No me uní a Carlos Mera porque cada uno quiere ser independiente, hay que superarse y no quedarse dormido. Yo creo que aquí hay mucho celo no por la ropa sino por las edades, yo tengo apenas seis años duros en este negocio”.En ese momento llega al atelier su mamá, que la mira y dice. “Desde chiquita le gustó la moda. Su abuela Teresa Fisher, cosía y Teresa dibujaba lo que quería ponerse en las fiestas. De los cinco hermanos ya dos están haciendo accesorios y una tiene cinco tiendas en Miami.Teresa trabaja con siete operarias y una asistente para cuentas. “En este mundo creativo no quiero tratar con números. Hacer esta pasarela me llevó dos semanas, porque tenía todos los materiales adquiridos desde hace seis meses”, dice.El momento de gloria de un diseñador es de apenas tres minutos cuando sale a recibir los aplausos, le decimos. “Esto se está transformando en una propuesta de diseñadores pequeños pero estoy conciente que vienen miles de cerebros más que se están preparando”.¿Usted escuchó alguna vez hablar de Jorge Sotomayor? “Claro que sí, es el referente de la moda guayaquileña de antaño. Él decía ‘Ven a la prueba mañana que yo te tengo listo el vestido’ y ni siquiera preguntaba el color.Mi vecina de enfrente me trajo los vestidos de él, que eran sencillamente impecables. Los acabados de antes eran mejores porque no había la competencia de ahora”.El uniformeTeresa dice que en Guayaquil nos uniformamos de negro, copiamos mucho y no somos vanguardistas. Considero elegante a María Fernanda Alcívar, pero hasta ahora no he vestido a alguien completamente auténtico, no se me viene ningún nombre a la cabeza. Claro que el negro es un color elegante, y aunque mi mundo es de colores claros, siempre hay un gris oscuro”.Como toda artista, Teresa tiene sueños, el más atrevido es hacer una marca reconocida y masiva con su nombre. “Yo no me veo casadaaunque sí tengo mi novio, me veo aprendiendo, porque todavía siento que no he llegado al lugar que quiero. Los expertos dicen que la mayor capacidad creativa se da en la treintena. No hay que descuidar el look, porque la apariencia exterior refleja la fuerza interior de cada uno”.
Ella es como su moda, descomplicada, solo se maquilló cuando vio enfrente al fotógrafo de Vistazo, pero en ningún momento quiso abandonar sus sandalias, su collar africano y su simple blusa blanca. “Cualquier look se mejora con accesorios, ellos te visten” dice convencida Teresa Valencia, la diseñadora que más ha dado que hablar con su moda en la edición 2006 del Ecuador Fashion Week, realizada en agosto pasado.Teresa Valencia Rendón guayaquileña, 27 años de edad reconoce que los ecuatorianos estamos adquiriendo un poco más de cultura de moda y que poco a poco vamos respondiendo.“Si bien es cierto que mi ropa era comercial, también era una propuesta diferente. Todo seguía un concepto, en cuanto a colores y textura, pero sobre todo un mensaje. Me siento feliz pero todavía no he llegado donde quiero. Son peldaños de la escalera que voy subiendo. Tampoco es que vi repleto el evento. Creo que todavía no se ha masificado y el público debería ir gratis a estos shows, porque la moda se está democratizando y es un reflejo de la pluralidad que existe en la sociedad”.Valencia habla pausado, expresa su emoción pero de forma mesurada. Dice que las personas nos vestimos como somos. “En Ecuador la moda está de moda. Cada vez hay más educación estética y yo me comunico con la gente a través de mi ropa. Una se tiene que vestir cómodamente y para una misma. Tampoco creoque si eres gorda te tienes que fajar, porque una proyecta lo que siente. Si una está cómoda y se siente bien te ves bien, pero a veces tratamos de proyectar lo que no somos”.Al preguntarle sobre sus colegas dice. “No vi ninguna pasarela, siempre estuve detrás ayudando a mis amigos y ayudando a vestir a las modelos. A mí me gustó el argentino Alejandro Parra, con su propuesta juvenil. Vi lo de Luis Tippán, pero creo que somos de épocas diferentes”. Tippán sí comentó la de Teresa: “Ella viaja mucho, eso le da una dimensión diferente al diseñador. Su estilo tiene fuerza y coherencia.Personalmente me encantaron sus vestidos flotantes. Ella estudia la tendencia”. Al preguntarle a Teresa si hay público para vestir de diseñador aquí en Ecuador, dice: “Al principio puedes, pero ya luego el círculo es muy pequeño. Los diseñadores deberíamos empezar a abrir mercados en otros países, porque nuestra creatividad no le pide favor a nadie. No me uní a Carlos Mera porque cada uno quiere ser independiente, hay que superarse y no quedarse dormido. Yo creo que aquí hay mucho celo no por la ropa sino por las edades, yo tengo apenas seis años duros en este negocio”.En ese momento llega al atelier su mamá, que la mira y dice. “Desde chiquita le gustó la moda. Su abuela Teresa Fisher, cosía y Teresa dibujaba lo que quería ponerse en las fiestas. De los cinco hermanos ya dos están haciendo accesorios y una tiene cinco tiendas en Miami.Teresa trabaja con siete operarias y una asistente para cuentas. “En este mundo creativo no quiero tratar con números. Hacer esta pasarela me llevó dos semanas, porque tenía todos los materiales adquiridos desde hace seis meses”, dice.El momento de gloria de un diseñador es de apenas tres minutos cuando sale a recibir los aplausos, le decimos. “Esto se está transformando en una propuesta de diseñadores pequeños pero estoy conciente que vienen miles de cerebros más que se están preparando”.¿Usted escuchó alguna vez hablar de Jorge Sotomayor? “Claro que sí, es el referente de la moda guayaquileña de antaño. Él decía ‘Ven a la prueba mañana que yo te tengo listo el vestido’ y ni siquiera preguntaba el color.Mi vecina de enfrente me trajo los vestidos de él, que eran sencillamente impecables. Los acabados de antes eran mejores porque no había la competencia de ahora”.El uniformeTeresa dice que en Guayaquil nos uniformamos de negro, copiamos mucho y no somos vanguardistas. Considero elegante a María Fernanda Alcívar, pero hasta ahora no he vestido a alguien completamente auténtico, no se me viene ningún nombre a la cabeza. Claro que el negro es un color elegante, y aunque mi mundo es de colores claros, siempre hay un gris oscuro”.Como toda artista, Teresa tiene sueños, el más atrevido es hacer una marca reconocida y masiva con su nombre. “Yo no me veo casadaaunque sí tengo mi novio, me veo aprendiendo, porque todavía siento que no he llegado al lugar que quiero. Los expertos dicen que la mayor capacidad creativa se da en la treintena. No hay que descuidar el look, porque la apariencia exterior refleja la fuerza interior de cada uno”.
0 comentarios:
Publicar un comentario